El cambio no es solo innovación. Súmale liderazgo, energía e inteligencia

Seguro que no os sorprende que os diga que el cambio está supeditado al entorno, cambios culturales, diferentes modos de consumir, nuevas reglamentaciones, tendencias, etc. Hay algunos acrónimos que hacen referencia a este no estable contexto. VUCA, utilizado para describir la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad de las condiciones que nos rodean, que lo que trata, cuando algún gurú o consultor lo menciona en su charlas, es de situarnos en este mundo acelerado con muchísimas incertidumbres en las que las compañías han de sobrevivir.

VUCA

Por lo tanto, todas las empresas han de pasar por este periplo, el cambio, porque de ello depende su supervivencia o su crecimiento. Una compañía enfocada única y exclusivamente para ser eficaz y predecible la hace poco flexible y al mismo tiempo, menos ágil ante el cambio. La búsqueda de la eficacia es una obligación en una compañía, aunque esta búsqueda de la eficacia genere una nueva manera de hacer las cosas, acompañado de resultados, se le puede denominar innovación, otros lo pueden llamar mejora continua, otros responsabilidad intrínseca de un responsable, pero lo que está claro es que no puede ser leitmotiv que abandere un cambio, porque mejorar la eficacia, en mi opinión, no es cambio, al menos el cambio que necesita de un líder auténticamente genuino. De hecho, este tipo de cambios, en el futuro serán sugeridos por inteligencia artificial en base al análisis de los datos que nos podrá ofrecer la interconectividad de cosas y personas. Por el momento, lo hacen responsables de áreas con unas capacidades de análisis y redefinición de procesos en base a experiencia que los hacen grandes profesionales.

Para un responsable le es más fácil visualizar los problemas que van surgiendo, definir nuevos procesos, procedimientos que eviten ineficiencias, efectuar el control necesario, etc. lo difícil de este tipo de mejoras o cambios, suelen ser los recursos necesarios para estas mejoras. La eficacia de los procedimientos que sustentan el negocio de hoy, no solo es necesario si no obligatorio, pero cuidado, porque esta exigible responsabilidad puede cambiar el foco de la compañía y evitar transitar en el cambio, que recordemos el contexto demanda.

La resistencia al cambio, el erróneo enfoque de la compañía, la falta de definición de la visión, etc. suelen ser causantes del principio de una muerte lenta y constante de las empresas dónde los productos se quedan obsoletos, las propuestas de valor irrelevantes, las marcas sin impronta, etc.

Lamentablemente, no existe un truco o fórmula para el cambio, y ese es el verdadero reto de los líderes, pues estos deben entender el contexto antes de aventurarse, anticipando todo lo posible. Es fundamental planificar el cambio, o cómo mínimo estar preparados para surfear los posibles problemas que, sí o sí, van a suceder mientras transitas hacia la nueva pantalla. En mi opinión, lo complicado en un contexto empresarial, es el desarrollo de estrategias preventivas para evitar las situaciones disruptivas e imprevisibles que nos ofrece el contexto, y para eso, la cultura de la compañía y la de sus recursos ha de estar enfocada a un desarrollo sensible, creativo e intuitivo. Y estos son algunos de los motivos que me animan a afirmar que el cambio es necesario envolverlo de creatividad e innovación, poniendo al servicio del cambio metodologías creativas para la generación de ideas, definición de problemas, design thinking, océano azul, lean startup, etc.

La investigación y la literatura sobre el cambio indican que los motivos principales para el éxito o fracaso de una misión de estas características son las relacionadas con las capacidades, experiencia y conocimiento de los líderes (como responsables del cambio), su nivel de liderazgo y el nivel de energía.

La agenda para el cambio de una compañía podría ser estratégicamente sólida y aparentemente capaz de abrir el camino al futuro durante años, pero las visiones son susceptibles de cometer errores y, obviamente, no tener en cuenta posibles sucesos imprevisibles. ¿Cómo podemos contribuir a la protección contra el caos del cambio? Sensibilizar a la compañía para ser y seguir siendo ágiles, flexibles y adaptativos, no solo en el ámbito de la estrategia, sino de los pequeños cambios tácticos que seguro que se han de cometer para que la estrategia se desarrolle con éxito. Evitando así, entre otras muchas cosas, la resistencia al cambio, gran enemigo oculto e inconsciente en estilos de liderazgo, caracteres y personas, que al fin y al cabo son los que conforman la compañía y sin ellos la compañía no es nada.

Creative technologist, Thinker & Big Things Developer. Sometimes Artist.

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