Este post y el siguiente están claramente enfocados a incentivar de alguna manera al sector turístico a innovar. Para mi este post, en concreto, tiene cierta carga emocional, ya qué, el que aparece en la foto es mi padre, y en cierta manera es un homenaje a mi entorno más cercano: familiar, amistades y territorio. Soy de una población costera donde el modus vivendi se centra en el turismo, y como se puede discernir conozco la trastienda del sector muy profundamente. Lo que viene a continuación es una lectura personal además de, como no, cierta documentación.
El sector hotelero está saturado, cada vez hay más hoteles, y eso hace, que haya una sobreoferta de plazas hoteleras, lo cuál hace complejo competir. Los competidores tienen a golpe de click toda la información sobre su competencia, al igual que los clientes, teniendo así información transparente sobre los productos que ofrecen. Los clientes no encuentran fácilmente diferenciación ni más valor entre muchos hoteles, ya sólo buscan la diferencia en el precio. Y es fácil de percibir que el “producto” hotelero es menos rentable que ayer. Parece obvio si de la única manera en la que compites es con el precio.
Las relucientes estrellas que disponen en la puerta de los hoteles, a día de hoy, no son una guía fiable que refleje de forma clara el valor entre las distintas categorías. Desde el punto de vista de un turista ¿Cuál es la diferencia entre un hotel de 3 estrellas y uno de 4 estrellas?.¿Precio?¿Servicios?¿Calidad de la comida? Como turista, ni idea, no hay norma. Muchos hostales que no entran siquiera en la categoría de hotel, se confunden ofreciendo prácticamente los mismos servicios que los hoteles y a menudo los hostales le ganan la partida a los hoteles. Y esto ocurre porque el cliente no sólo valora el producto sino también la experiencia, el cómo le cuidan, el encanto del hostal, el precio/calidad, etc.
El canal de distribución, para llegar al cliente, para hacer la reserva, para transformarlo en beneficios, dispone de un poder de negociación tal, que somete al hotelero a precios de risa y todo ello empuja a pérdida de calidad, disimulada por algún nuevo retoque en la recepción, a lo que a decoración se refiere. Y es más, el hotel no puede desvincularse de dicho canal, a riesgo de perder estrepitosamente el volumen de ventas. El sector hotelero (incluyendo todo el ecosistema, no sólo al empresario) pide a gritos mover ficha, algo nuevo, a eso se le llama INNOVAR. Si el hotelero se parara a reflexionar el valor de la inversión en crear un nuevo canal de distribución o mejorarlo y no depender del habitual. Podría observar el retorno de esa inversión a corto-medio plazo. Ejemplo. Booking les cobra comisión a los hoteles por reserva. Contabilizar la comisión cobrada por booking versus campañas de marketing on-line propias. Podría ser un ejercicio interesante para ver las ventajas de hacer las cosas un poco diferentes.
Tiempo atrás, apuntarse a la moda hotelera era fácil porque la rentabilidad era atractiva y las barreras de entrada eran bajas. Se requería poco conocimiento para entrar en el negocio. Los nuevos hoteleros, muchos especuladores, contribuyeron a la desprofesionalización del sector con propuestas de gestión poco profesionales. Llegaron los tiempos de sobreoferta hotelera y la “comoditización“ de una gran mayoría de hoteles (“El término específico de commodity se utiliza sólo para los bienes. Se utiliza para describir un tipo de bienes para los cuales existe demanda, pero que es satisfecha sin una diferenciación cualitativa a lo largo del mercado”.)
Los hoteleros eran (y son) buenos gestionando desde la perspectiva financiera, pero quizá demasiado. ¿Como sacar más beneficio de los hoteles? Bajar el precio más que la competencia y otras, subirlo demasiado, según el momento. Sacar mayor rentabilidad por cada habitación disponible en el mejor momento. El Overbooking! un buen invento para maximizar el beneficio en detrimento del cliente. En definitiva una gestión a través de los números y los ratios que se imponía (e impone) a las personas. Se posterga al cliente y también al empleado.
Muchas veces escucho en mi entorno ideas novedosas, muy aplicables al sector, pero que surgen de la parte baja del organigrama, cosas que para gente que lleva 30 años trabajando en el sector, no son más que apuntes de sentido común, pero que no llegan a dirección, ya sea, porque estos empleados no se sienten con la libertad o porque nunca han sido preguntados. El sector hotelero debe adoptar estrategias de innovación constante. Tiene que reinventarse a menudo y para ello necesita hacerlo con y para personas.
Una vez explicado un poco el panorama en el próximo post trataremos más de cerca la innovación como tal.